Esta cueva, por la calidad de su mobiliario, podríamos considerarla como habitada por una familia acomodada. Por ejemplo, los mayordomos de esta finca de medianías.

Existe una gran diferencia en dicho mobiliario con respecto a la cueva nº 1, siendo muy semejante pero a la vez, de mayor valor económico.

Esta cueva tiene unas proporciones más amplias y para mayor seguridad se realizó en ella un pilar de soporte, que delimita los aposentos interiores. Podemos observar que tanto este pilar como la pared derecha están realizados con cantos rojos de la Cuevita.

La sala principal está amueblada con un tallero de tea realizado con el típico picadillo canario y observamos como una copa de picos en el bernagal, servía para mejorar la sanidad y la prevención de enfermedades

El locero contiene una hermosa colección de cerámicas europeas y asiáticas.

Las dos cajas o baúles son de madera de cedro canario y sobre la cómoda podemos observar el típico reloj de indiano (maquinaria suiza y diseño cubano).

Los taburetes de esta vivienda son del estilo tradicional llamado “vitoreros”.

En el interior podemos contemplar dos grandes lechos, uno metálico procedente de Inglaterra y otro de estilo castellano. Entre los dos lechos, una cómoda de aseo muy femenina resguardada de las miradas