Otros espacios naturales

En Artenara la naturaleza se asoma por dondequiera, y resulta casi absurdo separar un espacio natural de otro. Aquí lo que se hace es distinguir distintas unidades geográficas, pero todavía no se conocen animales ni plantas que acepten nuestros límites municipales o fronteras entre accidentes geológicos.

Por dondequiera incluye cada caserío o incluso la hoya donde se asienta el casco urbano, no hay sitio sino que dar un paseo por el Parque para disfrutar de la agradable compañía de las aves o para avistar algún invertebrado curioso. No hay sino que subir a lo alto de la Montaña de La Cilla para rodearse de plantas endémicas. No hay sino que acercarse a la Vega de Las Cruces para ver una concentración de cernícalos o escuchar el alboroto de los trigueros en tiempo de cría, no hay sino que moverse hasta las presas para contemplar garcetas y garzas o, con un poco de suerte, al guincho. Solo hay que caminar hasta el Lomo de La Asomada o Montaña Artenara para gozar de un atardecer inolvidable. No hay sino, solo hay que...estar mínimamente atento para disfrutar del patrimonio natural de Artenara.